jueves, 31 de agosto de 2017

El derribo de las mojoneras y la independencia. 1811

El derribo de las mojoneras y la  independencia. 1811

Por Óscar Cortés Palma


El hacendado español José Antonio Zalvidegoitia presentó unos documentos en el juzgado:

-Aquí se menciona que en el año de 1589 el Virrey le donó las tierras de Tetehuama a la familia Rebolledo que nos las heredó. En este otro manuscrito, se menciona que la familia Rodríguez me vendió el rancho Tlalayo por donde estaban las ruinas del desaparecido pueblo de Alchichica[1] -.

El abogado del pueblo de Axochiapan respondió:

-Esos documentos son  falso, no es posible que se haga una donación en perjuicio de otro, ya que en 1589 todavía estaba el pueblo de Tetehuama. De la misma manera las tierras al oriente, se las adueñó Diego Rodríguez de manera ilícita en la década de 1720-. 

José Antonio de Zalvidegoitia  advirtió:

-Mira abogado, si meten sus ganados a las tierras de la hacienda se los mato, si queman, talan  los montes o cultivan las tierras de la hacienda los voy a azotar-.

El hacendado colocó mojoneras rodeando el pueblo, unas al oriente y otras al poniente. El hambre  del ganado obligó a los pobladores de Ayoxochiapan a romper la cerca para que se metieran sus animales a comer el pasto, y volvieron a cultivar las extensas tierras en litigio.

El hacendado estaba furioso, ordenó a sus trabajadores que arrearan los ganados de la hacienda a las siembras, destruyéndolas. Y azotaron a los indios que defendían sus milpas de los bueyes de la hacienda.


Cinco décadas después, en1811, eso aún no estaba olvidado. La indignación recorría los pueblos que recordaban cómo les quitó sus tierras José Antonio Salvidegoitia.

Por eso, cuando llegó la avanzada insurgente del capitán Joaquín Camacho, originario de Jantetelco, los vecinos derribaron de nuevo las mojoneras y las cercas. Asaltaron las caballerizas y saquearon los sembradíos de la hacienda.

Mientras Morelos y los líderes insurgentes estaban luchando por la independencia, y crear un nuevo país, una comunidad imaginada[2].

La gente de los pueblos, en cambio se quedó cerca de sus terruños, odiaban al propietario de la hacienda de Tenango. No obstante, estaban pensando en un horizonte político más limitado, estaban luchando para defender sus comunidades de la hacienda[3].



El insurgente José María Morelos se acercó a Axochiapan, llegó primero a Chilapa, continuó para Tlapa, en donde se le unió el presbítero Mariano Antonio Tapia, cura de Chiautla. La población en su honor se llama ahora  Chiautla de Tapia.

El hacendado Mateo Musito Zalvidegoitia, comandante realista y amigo personal del virrey, junto con otros seis desgraciados españoles, fueron decapitados en Chiautla. De nada les sirvió a Mateo Musito Zalvidegoitia, ser pariente del antiguo dueño de la hacienda de Tenango, y que ofreciera cincuenta mil pesos para que lo dejaran vivir.

Vicente Guerrero con una avanzada insurgente encerró a los curas de Jolalpan y Teotlalco por ser contrarios a la independencia.

El 18 de diciembre de 1811 una avanzada insurgente llegó a Atlacahualoya, en ese entonces allí se encontraba la parroquia,  iban a caballo, pisando los sepulcros, en aquella época allí se enterraba a la gente.

Era el capitán Joaquín Camacho, originario de Jantetelco, con 20 hombres a caballo, atolondrando al mundo con algazara y gritando.

-¡Viva el general Morelos, Viva la independencia!

Bajaron de sus caballos, rodearon al cura mientras otros estaban colocados como centinelas, el capitán Camacho externó:

-Padre, traemos la orden de llevarlo con el  coronel Bravo-

El presbítero Miguel González de Aller y Soto respondió:

-Estoy enfermo muchachos, tengo calentura, miren lo poco que valgo, ya estoy viejo-

En la madrugada, bajo la luz de la luna, el cura del pueblo, montando a caballo fue conducido en medio de la turba armada al pueblo de Coayuca.

Allí lo recibió el coronel insurgente Leonardo Bravo. Ambos se conocían desde tiempo antes, cuando el presbítero Miguel de Aller y Soto fue cura de Chilpancingo y Leonardo Bravo era hacendado de allí mismo. Ahora los tiempos habían cambiado, Leonardo Bravo andaba de insurgente exhortado y peleando contra el gobierno. Aun así lo recibió con suavidad y cortesía, le dijo[4]:

-Padre, únase a nuestra causa. Sé que usted está molesto con las haciendas que le cobran diezmos hasta a las huertas parroquiales-.

-No puedo muchacho, creo que hay otros caminos, hay que llegar a un acuerdo para lograr la independencia sin violencia-.

-Padre recuerde los favores  que le hice cuando estaba en Chilpancingo -.

Después de esto el padre montó su caballo y fue conducido de nuevo por el capitán Joaquín Camacho a la parroquia de Atlacahualoya, Al llegar, el pueblo se había amotinado, las campanas de la iglesia repicaban, una turba de personas armadas con machetes, palos y piedras había tomado el control y se habían apropiado de las tierras en litigio con la hacienda de Tenango destruyendo las cercas y mojoneras.

Cuando el cura Miguel Aller y Soto comprendió que los pueblos de Axochiapan y Atlacahualoya eran como toros bravos. Imploró a sus superiores eclesiásticos que le permitieran abandonar esta parroquia e irse a la ciudad de México en busca de refugio.

La carta decía[5]:
Vi la ingratitud de mis feligreses en la alegre y festiva demostración de risas y palabras, acciones y expresiones chocantes e incesantes […]supe a ciencia fija las repetidas calumnias con que mis pueblos, Atlacahualoya y Axochiapa, pretendieron mi prisión y separación de mi beneficio, especialmente Atlacahualoya, que solicitó se le diera licencia para degollarme por ser europeo y lo mismo a mi familia […] siendo así que a excepción de muy pocos […] TODOS HAN SIDO NOTORIAMENTE TRAIDORES, y que voluntariamente se presentaron a Morelos con armas y caballos, aun hallándose todavía en Chilapa.

El presbítero Miguel González de Aller y Soto fue párroco de la región de Tenango, Axochiapan y Atlacahualoya,
En esa época la población hablaba náhuatl mixto con español. El naguañol, algo parecido al spanglish que hablan hoy los chicanos en Estados Unidos.

De Jantetelco, Atlacahualoya, Axochiapan, Coayuca, Quebrantadero y Tepalcingo salieron grupos unidos y organizados siguiendo a los insurgentes a Izúcar, entre ellos iba el cura de Jantetelco Mariano Matamoros. Dos meses después se llevaría a cabo el sitio de Cuautla.

Con la independencia, los pueblos  de la vecindad no recuperaron sus tierras por lo que el conflicto desembocó en la revolución mexicana de 1910. Cuando el pueblo unido y organizado destruyó las haciendas después de siglos de explotación.

© Texto: Óscar Cortés Palma 
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[1] El nuevo Alchichica emergió después de las revolución mexicana por migrantes de Lagunillas.
[2] Benedict Anderson, Comunidades imaginadas: reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo,
FCE, México, 1993.
[3] Entrevista a Erick van Young en http://www.bicentenario.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=433 25/05/ 2010.

[4] AGN/ Inst. Coloniales/ Indiferente Virreinal/ Operaciones de Guerra Caja 4872 / Exp. 008/ 4 Fojas  Año 1813
[5] AGN/ Inst. Coloniales/ Indiferente Virreinal/ Operaciones de Guerra Caja 4872 / Exp. 008/ 4 Fojas  Año 1813

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